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Estrategia paso a paso para crear una cartera de inversión

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Los adultos jóvenes son cada vez más conscientes de que deben cuidar y atender sus finanzas y, para ello, han de estar al tanto de las diferentes oportunidades de inversión. Esto puede ser algo emocionante, porque cuanto antes empieces a pensar en inversiones, más opciones tendrás para realizar tu planificación patrimonial a largo plazo. Además, crear una cartera de inversión cuidadosamente construida es esencial para participar y tener éxito en el mercado financiero.

Si quieres acumular activos a largo plazo y conseguir todos tus objetivos, es importante alcanzar un equilibrio adecuado entre seguridad, rentabilidad y liquidez. Por eso, no existen carteras estándar, sino que cada una de ellas debe adaptarse a las necesidades y requisitos individuales de los inversores.

Toma nota de estos pasos y aprende cómo crear paso a paso una cartera de inversión.

¿Qué es una cartera?

Antes de entrar en detalles, es necesario aclarar este término. Una cartera de inversiones es una colección de activos que puede contener una amplia variedad de inversiones, como acciones, bonos o fondos. Estas inversiones suelen gestionarse a través de uno o varios depósitos especiales, a través de los cuales también se puede tramitar su compraventa.

Los distintos tipos de inversiones pertenecen a diferentes clases de activos. Y, para poder asignarlos a una clase concreta, se toman en consideración varios criterios. Algunos de los más importantes son el riesgo, el vencimiento o la estabilidad. 

Por otro lado, hay que tener presente que las carteras suelen estar estructuradas de tal manera que combinan diferentes clases de activos. En general, una cartera de inversiones bien posicionada consiste en lograr un equilibrio entre diferentes productos y clases de activos.

Los activos tangibles, como las inversiones inmobiliarias, generalmente solo están sujetos a fluctuaciones muy pequeñas, por lo que pueden dar estabilidad a la cartera. Las acciones como inversiones en valores puros están sujetas a mayores fluctuaciones, pero ofrecen la oportunidad de obtener mayores rendimientos. 

Además, en tu cartera de inversiones se pueden incluir áreas temáticas si están subrepresentadas en la estrategia de cartera, por ejemplo, inversiones en energías renovables.

Paso 1: el objetivo de la inversión: ¿qué quieres conseguir?

Si estás pensando en crear una cartera de inversión, es posible que ya tengas una idea de cuál es tu objetivo:

  • Aumentar tus activos privados
  • Ahorrar para la vejez o para tus hijos
  • Cumplir un gran deseo sin tener que pedir prestado dinero. Por ejemplo, para ser dueño de tu propia casa o de un automóvil.

Sea cual sea tu propósito, cuanto más específico sea tu objetivo de inversión, más precisa será su cartera. Asimismo, tus objetivos determinan el tamaño de su inversión, las posibles tasas de ahorro, el periodo de inversión y los riesgos asociados.

Paso 2: tolerancia al riesgo: ¿qué riesgo estás dispuesto a correr?

En segundo lugar, durante tu recorrido hacia el éxito con una cartera de inversión necesitas hacer una evaluación personal. En este punto debes preguntarte: “¿cuánto riesgo puedo tolerar y cuánto es demasiado para mí?”. Nunca hay que perder de vista que el beneficio de las inversiones siempre se acompaña de un cierto riesgo.

Estos dos factores van de la mano: cuando uno sube, el otro también lo hace. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la posibilidad de un rendimiento de 3 % más alto no significa un riesgo de un 3 %, sino que también puede significar una pérdida total. 

Y esto es inevitable. Los riesgos nunca se pueden evitar por completo. Sin embargo, sí puedes adaptarlos a tu situación individual y estilo de vida. 

Por otro lado, la edad también es un factor a tener en cuenta. Es más probable que una persona joven pueda ponderar mejor las acciones en su estrategia de cartera para generar mayores rendimientos durante su vida. Esta tendrá la oportunidad de mantenerse al margen de las fluctuaciones económicas, aceptar pérdidas a corto plazo y esperar una nueva recuperación.

Por otro lado, si alguien se va a jubilar, ha de poner el foco en salvaguardar su patrimonio mediante inversiones más sólidas. Alguien que quiera invertir dinero para sus hijos probablemente no querrá arriesgarlo. En este caso, lo más probable es que se enfoque en la retención de valor y la estabilidad. 

Pero, si quieres tener una cierta cantidad en un futuro previsible, debes evitar arriesgar tus activos por altos rendimientos. Bajo estas circunstancias, es mejor confiar en inversiones que conservarán su valor.

Paso 3: horizonte de inversión: ¿durante cuánto tiempo deseas invertir?

La duración de la inversión también depende del objetivo que persigas. El período de inversión tiene un impacto importante en el tipo de inversión, en su posible beneficio y, por lo tanto, también en los riesgos asociados, ya que estos varían según la estrategia de inversión.

En este punto, también debes pensar si puedes permanecer sin acceder a tu capital invertido o por cuánto tiempo. Porque los plazos para la tenencia mínima y el retorno de las inversiones también difieren entre sí.

Paso 4: ¿De qué recursos dispones?

Antes de comenzar a construir y dividir tu cartera, debes hacer una evaluación realista de tus finanzas: ¿Qué cantidad tienes disponible actualmente? ¿Cuánto puedes utilizar para tus inversiones? ¿Tienes algún ingreso extra al mes?

Esta información es importante para que puedas decidir la cantidad de dinero que puedes invertir y cómo hacerlo. En cualquier caso, no puedes dejar al margen los posibles imprevistos. Es decir, en cualquier momento se te puede estropear la lavadora o necesitar una reparación para tu coche. Asimismo, cuanto mayor sea la cantidad disponible, mayor será la inversión única que puedes realizar.

Para poder llegar hasta aquí con una economía saneada, debes tener en cuenta lo que dicen los expertos. Estos apuntan a que has de ahorrar como mínimo el 10 % de lo que ingresas. Aunque, en realidad, lo adecuado sería ahorrar el 20 % de los ingresos brutos mensuales.

Por otro lado, antes de lanzarte de cabeza al mundo de las inversiones, debes pagar tus préstamos, créditos y deudas. El motivo principal es que las comisiones que generan suelen consumir cualquier retorno que puedas obtener.

Paso 5: crear tu propia cartera

Hasta aquí el artículo ha girado en torno a los requisitos previos necesarios que preceden a la construcción de una cartera de inversión. Ahora puedes evaluar mejor tu objetivo de inversión, lo dispuesto que estás a asumir riesgos, analizar tu horizonte de inversión y qué cantidades puedes invertir: ya puedes crear tu propia cartera.

A continuación, observarás las diferentes clases de activos. De este modo, podrás analizar cuáles son las más adecuadas para tus circunstancias y necesidades personales. 

Depósitos

Los depósitos son formatos de ahorro como, por ejemplo, los depósitos a plazo fijo. En ellos, el dinero se invierte en una cuenta especial de depósito a plazo fijo. Podrás acceder a ese dinero de nuevo tras un período de tiempo que conocerás de antemano. Estas formas de inversión generalmente dan como resultado rendimientos o intereses seguros pero bajos.

Bienes inmuebles

Los bienes raíces se consideran una inversión comparativamente estable y a prueba de crisis. Si tienes una o más propiedades, puedes esperar una apreciación confiable en la mayoría de los lugares. No obstante, debes saber que el mayor riesgo de tener una propiedad es concentrar una gran cantidad de recursos y fondos en ella

Además, los activos tangibles, como los bienes inmuebles, también llevan aparejados gastos y costes regulares. Por ejemplo, diferentes reparaciones para mantenerlos en buen estado u otros gastos accesorios ineludibles. 

Por otro lado, puedes invertir tu capital en bienes raíces como, por ejemplo, los fondos mutuos inmobiliarios.

Valores

Los valores son la clase de activos más grande: incluyen acciones, bonos, fondos (de renta variable), ETF y certificados. 

Materias primas

Las materias primas forman una clase de activos heterogénea que incluye una amplia variedad de sustancias naturales. Las más solicitadas son el petróleo, el hierro, el cobre o materias primas agrícolas como los cereales. En esta categoría también se incluyen metales preciosos como el oro, la plata o el platino.

A diferencia de otras clases de activos, las materias primas en sí mismas no generan ganancias o dividendos independientes. Los productos básicos como inversión se basan en la oferta y la demanda y pueden tener un valor estable, pero también pueden depender de la geopolítica o el clima.

Inversiones alternativas

Las inversiones alternativas incluyen varios tipos que a menudo están destinadas a grupos de inversores exclusivos, en su mayoría personas de alto poder adquisitivo. Esto incluye, por ejemplo, fondos inmobiliarios cerrados, inversiones de capital privado o fondos de cobertura.

Paso 6: reevaluar la asignación de tu cartera

Una vez que hayas construido con éxito tu cartera, es importante analizarla de forma regular. Esto te permite tener en cuenta la evolución actual de los precios e incluirlos en tu cartera. Asimismo, podrás tomar las medidas adecuadas para ajustarla a las  circunstancias del momento, algo que es muy importante cuando cambia tu situación personal.

De esta forma, tu cartera seguirá reflejando tu situación financiera actual, tu disposición a asumir riesgos o las metas futuras que hayas marcado. Por ejemplo, si tu tolerancia al riesgo ha disminuido, tienes la opción de reducir la cantidad de acciones que posees. O tal vez con el tiempo tengas más información y, por lo tanto, estarás más seguro en tus acciones. Esto puede llevarte a invertir una pequeña parte de tu riqueza en productos que supongan un mayor riesgo.

La diversificación es el principio y el fin de una estrategia de cartera exitosa

El concepto de diversificación es fundamental cuando se trata de la construcción de carteras de inversión. Esta técnica se puede utilizar para reducir el riesgo al distribuir las inversiones en diferentes categorías, como clases de activos, industrias, ubicaciones, etc. El objetivo es equilibrar mejor el rendimiento y la seguridad invirtiendo en diferentes áreas que reaccionan de manera diferente al mismo evento.

Todos los expertos en inversiones están de acuerdo en esto: la diversificación es un factor crucial para poder alcanzar tus objetivos financieros a largo plazo y, al mismo tiempo, minimizar el riesgo. Aquí hay algunas estrategias diferentes para tu cartera diversificada:

Diversificación por industria

Además de la distribución básica de la cartera en diferentes sectores, vale la pena asegurarse de incluir aquellos que no están fuertemente correlacionados entre sí. Cualquier persona que hubiera invertido en gastronomía, turismo y transporte aéreo al mismo tiempo al crear una cartera de inversión durante la crisis del coronavirus tuvo que aceptar pérdidas considerables. 

¿Cuáles son las diferentes industrias en las que debes valorar invertir?

  • Sanidad (farmacéutica, médica, etc.)
  • Entretenimiento
  • Comercio y consumo
  • Tecnología / Biotecnología
  • Energía
  • Industria
  • Finanzas
  • Producción de automóviles

Diversificación geográfica

Aunque la globalización está muy avanzada, aún vale la pena invertir en los mercados de diferentes países. ¿Para qué sirve esto? Si la bolsa de valores de tu país evoluciona en tu contra, las acciones en otros países pueden amortiguar el efecto negativo en la cartera general.

Diversificación por clases de activos

Diferentes clases de activos reaccionan de manera diferente a desarrollos económicos específicos. Con una buena diversificación según las clases de activos, puedes proteger tu cartera de fuertes fluctuaciones. El motivo es que cuando el capital sale de una clase de activos, normalmente, fluye hacia otra clase de activos.

Como parte de la estructura de tu cartera, debes determinar cómo deseas distribuir tus activos. A esta distribución se le conoce como asignación de activos. Su función es ayudarte a considerar la tolerancia al riesgo en tu estrategia de cartera.

¿Cuándo tiene sentido invertir?

Por regla general, los inversores privados suelen esperar hasta que los precios del mercado bajen y las acciones sean baratas. Por lo tanto, esto suele hacer que se pospongan constantemente las inversiones. No obstante, se necesita mucha experiencia y conocimiento en el sector de los mercados para poder analizarlos con precisión y escoger el mejor momento para invertir.

En consecuencia, no se trata de esperar a que llegue el momento perfecto, sino de aprovechar el momento. Ya sabes que con una estrategia paso a paso para crear una cartera de inversión no invertirás todos tus ahorros. Además, tus inversiones pueden ser progresivas y aumentar con tu experiencia y riqueza.

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