Bien sabemos que existen muchas formas y operaciones de medir el rendimiento de una empresa o varias empresas, ya sea por sus beneficios, gastos, empleados, etc. Aquí entra en juego, un factor importante, el retorno de la inversión. Es una razón financiera que compara el beneficio o la utilidad obtenida en relación a la inversión realizada, es decir, representa una herramienta para analizar el rendimiento que la empresa tiene desde el punto de vista financiero.
El retorno de la inversión (ROI) es una métrica financiera que se emplea para medir la probabilidad de obtener un retorno de una inversión. Es una operación que compara la ganancia o pérdida de una inversión en relación con su costo al principio. Sirve tanto para evaluar el rendimiento potencial de una inversión independiente como para comparar los rendimientos de varias inversiones.
En el análisis de negocio, retorno de la inversión y otras medidas de flujo de efectivo son las métricas clave que se utilizan para evaluar y clasificar el atractivo de un número de diferentes alternativas de inversión. Aunque el ROI es una proporción, se suele mostrar como un porcentaje.
El cálculo de ROI
Existen dos formas para calcular el ROI:
ROI= (Retorno neto de la inversión : Costo de inversión) × 100%
ROI= ((Valor final de la inversión – Valor inicial de inversión) : Costo de inversión) ×100%
Cuando el resultado es positivo, significa que los rendimientos netos están en negro, ya que los rendimientos totales superan los costos totales. Alternativamente, cuando los cálculos muestran una cifra negativa, significa que los retornos netos están en rojo, porque los costos totales exceden los retornos totales. Quiere decir, que esta inversión produciría una pérdida.
Finalmente, para calcular el ROI con el mayor grado de precisión, se deben considerar los retornos totales y los costos totales. Para una comparación entre inversiones de la competencia, se debe considerar el ROI anual.