Las tierras raras son un grupo de 17 elementos químicos de la tabla periódica, los cuales se utilizan para fabricar productos tecnológicos tan cotidianos como los teléfonos móviles, electrodomésticos, los ordenadores, vehículos e, incluso, en dispositivos médicos, y también armamento.
Todos ellos poseen propiedades fundamentales, destacando especialmente sus capacidades magnéticas, por lo que se convierten en indispensables en la era tecnológica que vivimos.
Estos 17 elementos son el escandio y el itrio, junto con los 15 elementos del grupo de los lantánidos: lantano, cerio, praseodimio, neodimio, prometio, samario, europio, gadolinio, terbio, disprosio, holmio, erbio, tulio, iterbio y lutecio.
Lo más curioso de las tierras raras es que no se denominan así por ser elementos escasos en la corteza terrestre. Se califican como raras por dos motivos principalmente. El primero de ellos es que no es fácil encontrarlas en estado puro a pesar de existir depósitos de algunos de ellos en todo el mundo. Incluso, son más abundantes que otros elementos como el oro y la plata, aunque se encuentran en yacimientos más dispersos.
El segundo es que tampoco son fáciles de extraer. En muchas ocasiones, a las empresas que se encargan de procesar estos materiales no les merece la pena. Llevar a cabo una prospección conlleva un alto coste en relación con la cantidad de producto obtenido. Y a esto hay que añadir que, en otras tantas ocasiones, pueden estar contaminados con material radioactivo como el uranio o el torio. Y esto los convierte en inservibles.
Los países más ricos en tierras raras
China es el lugar donde más abundan estos 17 materiales, con un 55% de las reservas de todo el mundo. En concreto alberga alrededor de 44 millones de toneladas, según datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos.
Tal y como puede apreciarse en el siguiente gráfico elaborado por Estatista, le siguen otros países como Brasil o Vietnam. Ambos cuentan también con una importante reserva de estos materiales, 22 millones de toneladas.

Rusia es la cuarta potencia con mayor producción mineral de tierras raras. Alcanza los 12 millones de toneladas, teniendo en cuenta las diez repúblicas ex soviéticas de la Comunidad de Estados Independientes. Mientras que por debajo de los 7 millones de toneladas se encuentran la India (6,9 millones de toneladas), Australia (3,4 millones de toneladas) y Estados Unidos (1,4 millones de toneladas).
Conflicto geopolítico por las tierras raras
China cuenta con una clara ventaja geoestratégica y económica, debido también a su laxa regulación medioambiental y laboral. Esto le permite extraer más y a menor coste. Como además no está dispuesto a perder su dominio, el gigante asiático ya ha comenzado a invertir en minas fuera de su territorio. Por ejemplo, en el proyecto Kvanefjeld en Groenlandia, donde quiere construir una instalación en colaboración con una empresa australiana, ya que la isla cuenta con uno de los depósitos de tierras raras más ricos del mundo.
Mientras, Estados Unidos también busca otras alternativas. Su única mina en activo, Mountain Pass, en California, fue la mayor productora del mundo hasta 1980. Pero actualmente se enfrenta a crecientes dificultades en la extracción, por lo que la mayor parte de sus tierras raras son exportadas a China para su procesamiento y así abaratar costes. Consciente de su dependencia, llegó a un acuerdo en 2019 con Australia (con un sexto de las reservas mundiales), para ubicar allí una instalación de procesamiento.
Por su parte, la Unión Europea también quiere dejar de depender de las tierras raras de China. Por ello, en 2020 presentó un plan para estimular su propia industria y lograr ser autosuficiente. Una de las alternativas propuestas para. obtener tierras raras fue comenzar a reciclar productos fabricados con estos elementos. Sin embargo, el alto coste del proceso lo hace inviable por el momento.
Debido a que el consumo actual de tierras raras se ha duplicado con respecto a hace veinte años, la relación entre China y Estados Unidos es cada vez más tensa, ya que fabricar armas y otros aparatos tecnológicos depende de estos materiales y el precio de estos cada vez es más alto.
Por qué aumenta el precio de la electrónica
Según informó el índice Nikkei, el precio de muchos materiales que a menudo se pasan por alto, como el neodimio o el praseodimio que es menos conocido, han aumentado casi un 74% desde la misma época del año pasado. Otros como el litio, ha aumentado de precio y ahora cuesta alrededor de un 150% más de lo que costaba el año pasado. Al igual que otros materiales menos obvios, como el cobre que subió más del 37% y el estaño cuyo precio se ha incrementado casi un 82% en un año.

Como se puede apreciar en el gráfico anterior, todos ellos, junto con el resto de tierras raras, se utilizan para fabricar todo tipo de aparatos y componentes electrónicos, desde baterías y altavoces hasta motores de automóviles eléctricos y turbinas eólicas.
El incremento de la demanda es lo que ha generado un aumento de precios. Además, se espera que sigan aumentando debido a que cada vez son más los gobiernos occidentales los que están optando por cambiar a una economía verde. Para ello, se centran por ejemplo en la electrificación de los automóviles, mientras que al mismo tiempo intentan liberarse de los combustibles fósiles. En el caso, por ejemplo, de un coche denominado cero emisiones necesita en torno a un kilogramo de neodimio para su motor. Así como unos diez kilogramos de otras tierras raras para sus baterías recargables.
A todo esto se suma el hecho de que China controla el 55% del mercado mundial en lo que respecta a la producción de metales de tierras raras y el 85% del proceso de refinación. Al haber estado implementando controles de exportación más estrictos este último año, también ha provocado el aumento de los precios. Y está afectando claramente a todas las naciones del mundo, ya que China es sin duda el centro de fabricación del mundo.
Lo que China parece no haber tenido en cuenta es que esto también está afectando a las empresas chinas locales. Y es que el aumento de los precios de los materiales ha provocado la caída de sus ganancias. Esto es porque suelen tener contratos a largo plazo con sus socios comerciales que no se pueden renegociar fácilmente. Y esto afecta a muchos proveedores chinos pequeños y medianos que ya están sufriendo pérdidas. Si esto continúa, se podría llegar a ver cómo algunas de estas empresas quiebran.
Por otra parte, las grandes corporaciones internacionales, así como las principales empresas de semiconductores del mundo, también se ven afectadas por estos aumentos de precios. Esto les obliga a aumentar los precios de sus productos al cliente final, lo que probablemente se traduzca en menos ventas.